martes, 16 de agosto de 2011

Nuestro.

Sentados, viéndonos en silencio, deseándonos a escondidas, creando distancia, confiando en que cualquier error dañaría el momento que habíamos anhelado tanto. Yo decidida a no permanecer en silencio cogí el disco de The fray (edición limitada la cual se encontraba en vinilo) y sin pensármelo dos veces lo coloqué cuidadosamente en el tocadiscos.

Me senté y quedé algo disgustada por tu reacción. Después de verme así dijiste:
-Anímate querida, vamos y bailemos un rato.

Refunfuñé e hiciste esa cara de perrito degollado. Irresistible para mí.
La mano. Cogiditos. Deslízate un poquito y hasta mi cintura. Seguíamos ahí, como bobos, pero felices, después de todo el momento era nuestro y el tiempo en ese momento se detuvo y dejó de esclavizarnos, solo por un segundo fue nuestro el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario